¿Es posible que un niño tenga colesterol?

Cada día son más frecuentes los casos de niños con el colesterol alto. Las causas pueden ser variadas: malos hábitos alimenticios, falta de ejercicio físico, hipercolesterolemia de origen familiar (heterocigota) , hipotiroidismo, síndrome nefrótico, etc.

La consulta al médico (M), en estos casos,  suele transcurrir de una forma parecida a como relato a continuación. El niño/a afectado/a (N) viene acompañado de uno de sus progenitores o de ambos (P). Tras los saludos de rigor, se establece el siguiente diálogo:

M:    -¿Edad del niño?

P: – 10 años.

M :  -¿Qué te pasa?

N: -A mi no me pasa nada, yo estoy bien.

P: – Le hemos hecho unos análisis y tiene el colesterol alto.

M: ¿Por qué le han hecho el análisis? ¿Le pasaba algo al niño?

P:  – No. El niño esta bien, pero queríamos saber como tenía el colesterol.

M:   ¿En la familia hay personas que tengan el colesterol alto?

P:  -No, que sepamos. Nuestros análisis son normales.

M: -¿Qué cifra de colesterol le ha salido al niño?

P:  – 220, es muy alto, ¿no?

M:  – Para un niño sí es una cifra bastante alta, pero no se preocupe que se podrá solucionar.

P- ¿Cuál sería la cifra normal de colesterol en un niño?

M:  – En los niños el colesterol debe ser inferior a 170mg/dl.

P: – ¿Y qué debemos hacer para que le baje?

M – Primero voy a hacerle una historia clínica detallada  y una exploración física al niño. Después le daré mi opinión.

El médico elabora entonces la historia clínica requiriendo datos como los siguientes:

  • Cómo fue el embarazo.
  • Peso al nacer.
  • Tipo de alimentación.
  • Enfermedades sufridas, en especial se interesa por aquellas que puedan tener una relación más directa con el colesterol.
  • Vuelve a insistir sobre los antecedentes familiares:  Padres, abuelos, hermanos, que puedan tener colesterol alto.

Después pasa a hacer una historia dietética del niño/a.

El médico pregunta qué come de forma habitual. Las respuestas más o menos habituales suelen ser como las que se transcriben a continuación:

  • Desayuno: Leche entera con un preparado de cacao soluble. Unos días cereales para el desayuno y otros magdalenas o galletas.
  • Media Mañana: Le dan 1 euro para que se compre algo en el colegio
  • Comida : No toma ensalada. En casa suelen hacer guisos, pero el niño dice que no le gustan y come poco, después come queso o fiambre con pan. A veces 1 fruta, otras veces yogur o un postre lácteo. Los domingos, helado.
  • Merienda: Un vaso de leche con bollería.
  • Cena: En casa insisten en que tome algo de verdura, pero el niño no quiere y se toma un sándwich o un bocadillo y un yogur.

Preguntándole al niño si toma chucherías, dice claramente que sí. A veces ganchitos, a veces patatas chips, barritas que, según los anuncios, aportan mucha energía, etc.

Hábitos alimentarios de los padres.

Después de esta historia clínica detallada sobre el niño, es muy importante recoger información sobre los hábitos alimentarios de los padres.

Exploración del niño.

El médico toma buena nota de todo  y después pasa a explorar al niño: peso, talla, etc.

Una vez terminada la historia clínica y la exploración, se pronuncia de la siguiente manera:

M: – El niño tiene realmente el colesterol bastante alto para su edad. Para reducirlo hay que tomar una serie de medidas, cambiarle la alimentación y  sobre todo crearle unos buenos hábitos alimenticios, indispensables para que crezca con buena salud.

Entonces explico al progenitor cómo debe ser la dieta adecuada y finalizo la consulta diciendo algo así:

M:  – Esta es la alimentación que el niño debe seguir. Sé que no es fácil de conseguir, dado los hábitos que ya tiene adquiridos, pero es absolutamente necesario que vaya cambiándolos, poco a poco. 

Esta es una de las cosas más importantes que los padres pueden hacer por sus hijos. Está muy bien que aprendan música, inglés o informática, pero más importante que todo eso es que sepa alimentarse bien y no solo eso, hay que conseguir poco a poco que esa alimentación adecuada sea la que le guste. Una buena alimentación es indispensable para mantener un buen estado de salud. 

Ambos toman buena nota de mis recomendaciones y se comprometen a intentar seguirlas. Quedo con ellos para tres meses después, con un nuevo análisis de colesterol.

3 meses después viene el niño con sus padres.

Están muy contentos. Les ha costado mucho trabajo a todos, pero el niño está mejorando considerablemente sus hábitos alimenticios y el análisis de colesterol arroja una cifra de 160 mg/dl. Les recomiendo que continúen mejorando los hábitos de alimentación, que no baje la guardia, que no es preciso que se repita la analítica  pues está claro que tenía el colesterol alto por una alimentación inadecuada.

También podría haber sucedido que el niño no hubiera mejorado mucho sus hábitos alimenticios y, aunque el colesterol le ha bajado un poco, todavía no fuera normal. Lo adecuado es volver a hablar con los padres y con el niño, indicándoles que tengan paciencia, que algo se ha corregido y que poco a poco  se irá  corrigiendo más.  Se les vuelve a explicar otra vez los hábitos correctos y se les cita de nuevo a los 3-6 meses.

Hipercolesterolemia familiar heterocigoto

Otra historia distinta sería el caso de los unos padres que llevan a su hijo a la consulta porque le han hecho un análisis de colesterol y tiene por ejemplo 290 mg./dl. pero al hacerle la historia clínica, el padre cuenta que él ya tenía también el colesterol alto a los 20 años. Además el niño hace una dieta correcta. En este caso, probablemente,  el  niño lo que tiene es una hipercolesterolemia familiar heterocigoto de la que hablaremos con detalle en otra entrada. A este niño además de que se alimente bien, lo más seguro es que haya que ponerle tratamiento con medicinas.

Hipotiroidismo o el síndrome nefrótico

La última versión de la historia, podría ser unos padres que llegan a la consulta con su hijo porque el niño no se encuentra bien. Le han hecho unos análisis y tiene el colesterol en 260mg./dl. Al hacer la historia clínica queda claro que sigue una alimentación adecuada y que el niño se encuentra cansado, con más sueño de lo habitual.

En este caso lo que hay que averiguar es si el aumento de colesterol es debido a otra enfermedad como el hipotiroidismo (el tiroides funciona por debajo de lo normal) o el síndrome nefrótico (enfermedad del riñón, en la que se pierden muchas proteínas por la orina).

El médico pide unos análisis y descubre que el niño tenía un hipotiroidismo. Se le pone el tratamiento adecuado con tiroxina, que hace desaparecer el cansancio y el sueño y normaliza  las cifras de colesterol con la consiguiente alegría para todos.

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