¿Qué es el helicobácter pylori?

El helicobácter pylori es una bacteria muy frecuente en nuestro medio que se ha adaptado a vivir en el ambiente ácido de la cavidad gástrica, localizándose en la capa más superficial de la mucosa gástrica. El helicobácter pylori puede provocar que el estómago sea más vulnerable al daño ácido péptico, ya que puede liberar enzimas y toxinas provocando una reacción inflamatoria y producir lesiones como gastritis y úlceras gastroduodenales.

¿Qué síntomas presentan los pacientes con helicobácter pylori?

La mayoría de las personas infectadas por helicobácter pylori no tienen síntomas o se detectaría una mínima inflamación en el estómago (gastritis) con escasas molestias digestivas. Solo un pequeño porcentaje de pacientes genéticamente predispuestos y/o con infección crónica, con formas de helicobácter pylori especialmente agresivas, desarrollan enfermedades significativas como gastritis crónica, úlceras gastroduodenales, gastritis atróficas.
Por lo tanto, la mayoría de los pacientes son asintomáticos o tienen síntomas leves, como molestias abdominales, digestiones pesadas, distensión abdominal, ocasional sensación nauseosa
Sin embargo, en otro porcentaje de pacientes se produce una interacción compleja entre el helicobácter y el paciente, influenciada por factores medioambientales y factores intrínsecos del paciente, que provocaría daños en la mucosa gástrica como gastritis crónicas y úlceras.

¿Cómo se contrae la infección por helicobácter pylori? ¿Es muy frecuente?

La infección se suele producir en la infancia, por aguas contaminadas o por contaminación fecal-oral, siendo más frecuente en países con escasos recursos socio-sanitarios. Es poco frecuente la infección de novo en adultos. En países desarrollados se produce habitualmente entre personas (principalmente dentro del ámbito familiar, padres-hijos o entre hermanos).

Se trata de una de las infecciones humanas más frecuentes y afecta aproximadamente al 40% de la población.

¿Cómo puede detectarse el helicobácter pylori?

Existen distintas formas de estudiar la infección por helicobácter pylori. Se pueden utilizar pruebas invasivas como una gastroscopia con toma de biopsias que identificaría la bacteria al estudiarla en microscopio o con una prueba rápida de ureasa. Habitualmente se utilizan pruebas no invasivas como el test de aliento o detección de antígenos de helicobácter pylori en heces.
Actualmente, la prueba más adecuada por su comodidad, alta capacidad diagnóstica y bajo riesgo es el test de aliento con urea marcada con 13C o los antígenos en heces.

¿Qué tratamiento necesita? ¿Puede curarse?

Sí, puede curarse completamente. El tratamiento es complejo y siempre debe estar supervisado por un médico. Existen diversas líneas de tratamiento con distinta combinación de fármacos durante 10 a 14 días. Se administra un fármaco que disminuye la secreción ácida en el estómago (omeprazol, lansoprazol, esomeprazol o similares), junto con una combinación de varios antibióticos, los más habituales son amoxicilina, claritromicina y metronidazol. En caso de alergia a penicilina, resistencia bacterianas o fracaso de tratamiento previo se utilizarían otros antibióticos como el levofloxacino o tetraciclina, asociado o no a bismuto. Actualmente, existen formulaciones farmacéuticas que combinan dichos medicamentos, facilitando su administración.

Más información sobre el helicobácter pylori junto a la Dra. Pilar Esteban en el siguiente vídeo: 

 

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