Existen muchos alimentos de consumo frecuente que contienen o pueden contener grasas trans en su composición como las margarinas, bollería industrial, triángulos de maíz, palomitas de maíz y también se pueden encontrar en pequeñas cantidades en pizzas, hamburguesas y algunos chocolates. Algunos de estos alimentos pueden contener cantidades importantes como ocurre con algunas margarinas, que pueden llegar a tener un 20 % de estas grasas.
Recordemos que las grasas trans aumentan el colesterol malo (LDL), el riesgo de sufrir un infarto, ictus y cáncer, que favorecen la hipertensión arterial, la inflamación y alteran el endotelio.
Si estas grasas son tan perjudiciales ¿aparecerán con letras mayúsculas en el etiquetado nutricional, no?
No solo no aparecen con letras mayúsculas sino que en España no es obligatorio que en la etiqueta de información nutricional aparezca que lleva grasas trans, por lo tanto, se vuelve complicado obtener esta información. En España se debería legislar y obligar a los fabricantes a poner que tal alimento lleva grasas trans y en qué cantidad las llevan.
Una curiosidad, la cadena de supermercados Eroski, es la única en España, que asegura que ninguno de sus productos de marca blanca contienen grasas trans.
¿Qué sucede en otros países?
En Estados Unidos, por el contrario, si es obligatorio, desde el 1 de enero de 2007, que en la etiqueta aparezca esta información.
En Nueva York y Chicago han prohibido el uso de grasas trans en todos sus restaurantes.
En Canadá y Dinamarca sus gobiernos están tomando medidas para moderar su consumo. De hecho Dinamarca no fabrica ni importa alimentos que contengan más del 2 % de estas grasas trans en su composición.
Entonces, ¿cómo podemos saber qué alimentos llevan o no estas grasas?
Leyendo la lista de ingredientes y el etiquetado nutricional de los productos elaborados que compremos, si pone que lleva grasas hidrogenadas o grasas parcialmente hidrogenadas eso puede ser fuente de grasas trans. Nuestro consejo es, no comprarlo.
